lunes, 27 de septiembre de 2010

Un gobierno alejado de Dios


NEW YORK. Aunque Joaquín Balaguer al apostatar con su Partido Reformista y el PLD en junio de 1996 apeló a pasajes bíblicos para presentar y justificar la que entonces se veía como una mezcla de aceite y agua, Leonel Fernández y sus compañeros jamás han aplicado consejo alguno de La Biblia para gobernar. Se puede afirmar que no leen la palabra de Dios, y el “nuevo camino” anunciado con estridencia ha resultado ser un mal camino.
No leen La Biblia, recalco, porque si la leyeran tal vez tuvieran algo de prudencia, pues  ya se hubiesen encontrado con estos consejos que dio Jesús a sus discípulos, los cuales aparecen en Mateo 10:9-10: “No lleven oro ni plata ni cobre ni bolsa para el camino. No lleven ropas de repuesto ni sandalias…”
Obviamente, en el “nuevo camino” las cosas son diametralmente opuestas a lo recomendado por Jesús.  Se recuerda que en el período 1996-2000 de los actuales gobernantes se estableció el perfil distintivo que debían exhibir desde el presidente para abajo todos los funcionarios, para deslumbrar y apabullar con su apariencia a los desheredados de la fortuna.
El modelo perfecto del funcionario peledeísta implantó el uso de lentes Cartier, el uso de yeepetas negras (ahora son helicópteros), trajes y corbatas caros. Hoy los ministros van pa’lante por su camino, cargados con el oro corruptor.
Si leyeran La Biblia establecerían semejanzas y tal vez recapacitarían al conocer en el libro de Jeremías lo que llevó a Dios a darle un ejemplar castigo a Israel, su pueblo escogido.
Es extraordinaria la similitud del pueblo israelí alejado de Dios, y entregado a ídolos falsos, con la inescrupulosamente gobernada República Dominicana. En el capítulo ocho de Jeremías, cuando se lee sobre los motivos que provocaron el castigo de Dios a Israel, uno se queda perplejo de la actualidad que tienen en nuestro país.  Por ejemplo, cito del 8:10-11: “…Porque todos, grandes y pequeños, sólo piensan en ganancias mal habidas; profetas (políticos) y sacerdotes, todos cometen fraudes. Tratan por encima las heridas de mi pueblo; dicen que todo está bien, cuando todo está tan mal”.
En el pasaje 9:2-3 leemos: “…todos han sido infieles; son una partida de traidores (N de R: el éxito político de estos días está totalmente fundamentado en la traición). Siempre están listos a decir mentiras como si dispararan flechas con su arco. En el país reina la mentira, no la verdad; han ido de mal en peor”.
Si continúo haciendo citas no termino esta columna. Las escritas son suficientes para que entendamos porqué nuestro país está recibiendo un castigo tan despiadado de la delincuencia de toda laya, y lo mucho que se han apartado quienes dirigen la nación del camino de Dios.
Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones y se apiade de la República Dominicana.

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