lunes, 26 de julio de 2010

Sobeida lo tiene todo para el estrellato político

NEW YORK. Sobeida tiene todos los atributos para hacer una carrera política de altos vuelos. Sabe engañar, mofar y bufear. Le gusta el dinero y el poder. No pierde la compostura así porque sí, sabe que en la República Dominicana lo importante es parecer. No descuida su apariencia, se viste caro… Ella todo lo hace como los modernos políticos criollos, quienes con seguridad le envidian su sonrisa.
En su viaje de vuelta al país, de acuerdo a las crónicas, dio muestras de su extraordinario temple. A pesar del drama de su regreso y las turbulencias del vuelo que abordó en Puerto Rico, ella se maquillaba tranquila. No hay duda, tiene capacidad para no inmutarse, como los políticos que ignoran que el país se cae en torno suyo, y siguen pa’lante.
Además, La joven mujer se conduce como estrella del espectáculo y, como tal, genera más simpatías que rechazos. Los comentarios de los internautas en todo lo que se publica sobre ella avalan lo que acabo de decir.
Y más importante que eso es todo lo que provocó en la prensa su llegada. Empezando porque generó una secuencia de crónicas, sin parangón que se recuerde, desde que se anunció que volaría hasta que fue internada en Najayo. “Viene hoy Sobeida, despegó el avión de Sobeida, está llegando a San Isidro, no se desvió para Las Américas”, etc. Mire, el presidente Leonel Fernández ha regresado cientos de veces al país y nunca he visto a los medios desarrollar una secuencia minuto a minuto para crear la expectativa mayúscula que se creo con Sobeida. Ni hablar de los mensajes en Face Book, Twitter, etc.
El interés por ella es mayúsculo. Bastaría con señalar que los internautas hicieron colapsar la página que Diario Libre publicó con su foto exclusiva al poner sus pies en tierra dominicana. Pero debo agregar que el fiscal Moscoso Segarra y el procurador adjunto Frank Soto no se pudieron contener durante el corto viaje desde Puerto Rico y entraron en amena conversación, dicho por Soto, “sobre diversos temas” con Sobeida. Ella luego se negó a ser fotografiada con ambos, porque “no quería show” a su regreso al país, de acuerdo a declaraciones que dio su abogado Félix Portes.
Por lo que se aprecia, la tasa de rechazo de Sobeida parece ser muy baja. De su popularidad no hay duda y no hay en el país quien desconozca su nombre, factores que son los que se miden e inciden enormemente a la hora de candidatear ciudadanos para posiciones importantes.
Sabemos que para ser político exitoso en estos tiempos la educación, la ética, los valores morales no tienen gran importancia. Si alguien es popular, es buen prospecto para ganar un torneo electoral. La popularidad es tan importante que anula hasta la falta de preparación para ocupar un cargo. Pongo de ejemplo la alcaldía del Distrito Nacional: entre sus últimos alcaldes figuran un locutor, un merenguero y un cómico, llevados al puesto por cada uno de los tres partidos que han desguazado la res pública dominicana.
Por otro lado, no debe ser un obstáculo para el éxito político de Sobeida su paso por la cárcel, pues tenemos por montones ex presidiarios que congresistas han sido, y vienen más. Y no hablemos de los ex presos que han pasado a ser funcionarios gubernamentales. Actualmente tenemos unos cuantos.
De cara a lo que han hecho desde el Palacio Nacional los políticos, de cara a su ofensivo enriquecimiento con los bienes que se supone que son del estado, lo de Sobeida es nada. Ella era la amante de un capo del bajo mundo gastadora de dinero en las alturas del jet set criollo. Las queridas de los capos ministeriales y militares hacen lo mismo, con el agravante de que su dinero le llega del estado.
Un problema para Sobeida es la acusación de lavado de activo, se puede pensar. Pero, si somos justos, reconocemos que, de ser cierto que lo hizo, ella cae en la categoría de una lavandera de patio si se le compara con Arturo del Tiempo, de quien el diligente fiscal que fue a buscarla a Puerto Rico dijo que el caso del español había que dejarlo al tiempo.
El caso de Sobeida no ha sido dejado al tiempo porque las autoridades saben que ella sirve hasta para remedio. Sólo hay que ver que su magnetismo hasta anuló las reacciones contra el odioso anuncio de más impuestos hecho por Bengoa. Tiene mucho en la bola política Sobeida. Sin necesidad de fotoshop a cualquiera engaña, pues luce cándida y elegante hasta con un casco de hierro. Nadie sabe si “el ingenio popular” empieza a colocar vallas candidateándola aunque sea para el congreso. ¿Quién lo duda después de los vítores y aplausos espontáneos que le tributó el público a su salida del palacio de justicia?
Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones y se apiade de la República Dominicana.

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