martes, 6 de julio de 2010

La constitución nació muerta

NEW YORK. Me equivoqué al pensar que era una exageración de un buen amigo la sentencia que hizo, antes de que fuera promulgada, de que nacería muerta la constitución que mandó a preparar el presidente Leonel Fernández. El hombre dio en el clavo.
La tal constitución está realmente muerta y lo hizo saber sin empacho el mismo que la configuró, el doctor Fernández, quien invitó a la prensa -motivado por una nueva gira internacional- a un almuerzo de despedida en el Palacio Nacional, donde eructó que la última palabra sobre su reelección la tendrá “el pueblo”. Sólo le faltó agregar: el hecho de que la constitución prohíbe la reelección no tiene la menor importancia.
“El pueblo” -lógicamente “el pueblo” que cobra en el gobierno- enterrará a la difunta donde menos hieda. Eso está garantizado. El otro pueblo no tendrá vela en el entierro. Me refiero al pueblo mencionado por una periodista que estuvo a punto de provocar una indigestión presidencial, al preguntarle al mandatario si atenderá la invocación que éste le hace para que cancele a Héctor Rodríguez Pimentel. A la periodista no le quedó de otra que recibir tranquila el boche que le eructó el mandatario recordándole que él es quien quita y pone en el gobierno. Sólo le faltó agregar: y no estoy en eso.
Viviendo uno por estos predios newyorkinos, donde se recupera la capacidad de asombro que allá en mi batey se pierde, uno se pregunta ¿cómo serán las cosas en el país en corto tiempo si quien tiene que garantizar el respeto a la constitución es el primero que la viola? Inevitable pensar en lo que le ocurriría a Barack Obama si por error diera la mínima señal de un intento de violación a la constitución de la nación.
Cuán diferentes son las cosas aquí y allá. Leonel se da el lujo de pasarle por encima a la constitución y faltando dos años para las elecciones ya su ofensiva publicitaria tomó altura con la colocación de la valla -un bodrio gigante, por cierto- donde aparece en pose pensativa con un amanecer de fondo. Nada, que su padre político adoptivo una vez se promovió con la frase un nuevo amanecer con Balaguer en el poder. No me extrañaría si en unos días comienza a sonar en radio otro amanecer con Leonel en el poder.
Es repugnante la política en República Dominicana. Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones y se apiade del país.

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