lunes, 23 de agosto de 2010

¿Cuántos estómagos tiene un senador?

¿Cuántos estómagos tiene un senador de la República Dominicana? ¿Tiene estómago un raso de la policía? Asumamos que cada cual tiene uno, hasta prueba en contra, que de los senadores se puede esperar cualquier sorpresa mayor que la de aumentarse $50 mil de sueldo. Quien sabe si el senado procreó una moderna especie de rumiantes.
¿Por qué si el trabajo regular del senador y el raso es el mismo: cumplir órdenes que salen de la misma fuente, tiene que haber una diferencia tan abismal en los sueldos de uno y otro? Dígame Usted.
¿No es injusto que -siendo los dos humanos- a uno, cuya labor se reduce a ir a levantar la mano derecha en un salón rigurosamente climatizado, con butacas excelentes para tirar pavitas resacadas, se le pague queseyocuantos mil % más que al otro, el cual cotidianamente con el calor de la calle anda batiéndose a tiros y corriendo detrás, a veces delante, de delincuentes muy bien armados?
Asumamos que no es justo, aunque aparezcan justificaciones por montones para esa barbaridad, una de las tantas en la guerra de sueldos que mantienen los ministros y funcionarios, guerra provocadora de la ley marcial no escrita, pero taxativa para el sistema: “¡sálvese quien pueda!”.
Dígame si esto es así -pues ya estoy más flojo que un diente de leche con las matemáticas- sólo el aumento de $50 mil que se aprobaron los senadores es 1000% mayor que los $5,000 que se lleva mensualmente un raso a su casa para compartir con su familia. ¡Casa, dije casa? ¿Puede alguien vivir con familia en una casa con $5,000? ¡Quién sabe cómo el raso puede hacerlo, pero tiene que hacerlo, es su obligación hacerlo en el imperio de sálvese quien pueda!
¿Leyó el raso sobre el auto aumento del senador? ¿Sabe el raso que el mismo que le manda a los senadores los paquetes de leyes con su concomitante orden de aprobación es quien lo manda a él a patrullar las calles? ¿Cree el raso que el senador tiene un estómago, más grande o más pequeño, pero sólo uno, lo mismo que él? Asumamos que sí.
¿Cree el raso que su trabajo, cuando él protege, regularmente a tiros, vidas y bienes es más beneficioso para el país que el que hacen los senadores aprobando, normalmente sin leer, préstamos, contratos Barrick Gold, desprotección de parque nacionales y negación de acceso a las playas? Si así lo cree, estoy de acuerdo con el raso.
¿Sabe el raso que el senador se auto aprueba su salario, sus dietas, exoneraciones y barrilitos porque conoce que los papeles que legaliza significan millones de pesos por sacos para los administradores del estado? Probablemente lo sabe.
¿Sabe el raso que las complicaciones y peligrosidad de su trabajo son un subproducto de la administración rapaz del estado, hecha en grado tal que hoy a los delincuentes y atracadores que pululan por dondequiera ya lo llaman “ministros de la calle”? probablemente lo sabe.
Y ¿qué puede pensar un raso, si tiene el concepto de que el senador cobra por aprobar corrupción? Probablemente que él tiene que salvarse con su mini punto de corrupción.
¿Y el pueblo como se salva en medio del raso y el senador? Como pueda. Podría seguir con una caterva de preguntas, pero en medio del sálvese quien pueda realmente no tienen importancia.
Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones y se apiade de la República Dominicana.

1 comentario:

  1. A veces debemos aceptar que siempre hay ciertas urgencias por sobre otras...simplemente, no queremos hundirnos en la pobreza, por eso es que hay que apoyar el crecimiento economico de nuestro pais.

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