Lo que en República Dominicana el calor consume, en New York el frío lo conserva. Lo que en RD a nadie asombra, en NY eriza. Hablemos EN FRIO de asuntos que queman.
viernes, 19 de marzo de 2010
Leonel: ¿presidente de la isla?
NEW YORK. A propósito del anuncio de su intención de construir una universidad en Haití que acaba de hacer el presidente Leonel Fernández, dado que él lleva la voz cantante en la isla de lo que hay que hacer para la refundación del devastado país vecino de la República Dominicana y por su conocida vocación para enredarse en asuntos internacionales, me llegó a mil un pensamiento de esos que de entrada parecen descabellados, pero que cuando comienzan a dar vueltas en la azotea muestran que no son calvos na’ y que tienen pelos por pipá para asirlos.
Déjeme decirle, el pensamiento que da vueltas en mi mente es referente a que en Leonel las tres potencias internacionales (Estados Unidos, Francia y Canadá) tienen al tipo ideal para acelerar el plan de unificar a los pueblos dominicanos y haitianos bajo un mismo régimen, en caso de que sea real el propósito de unirnos que se les atribuye a las naciones de marras.
Analicemos un poco. Mire, tras el terremoto del 12 de enero, la reacción de Leonel ante la catástrofe en Haití fue inmediata, destinando ingentes recursos, algo que aplaudo, para asistir a nuestros vecinos y hermanos golpeados por el violento sismo que provocó más de 200 mil muertos. De allá para acá, se ha movilizado y ha hablado más en los foros internacionales interesados en ayudar a resolver la grave situación de Haití que el presidente haitiano René Préval, algo que no me entusiasma aplaudir.
Leonel da muestras de que tiene todo claro en cuanto a lo que hay que hacer en Haití y va a poner manos a la obra, empezando con la construcción de la universidad que ya adelantó que tendrá una capacidad para 10 mil estudiantes y que tendrá característica similar a las de los centros regionales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Da la impresión de que elaboró un plan, cuya ejecución es un asunto personal, al estilo del Metro, así que no dudo que lo llevará a cabo, si sus colegas haitianos no se ponen chivos y lo torpedean.
En la Conferencia Técnica Preparatoria sobre Haití, Leonel se lució hablando sobre lo que hay que hacer en el hermano país, lo que debe significarle un aumento de los puntos que ha ganado de enero para acá entre los haitianos por su liderazgo para clamar por lo que ellos necesitan ante las naciones poderosas, mientras Préval luce tímido.
Súmele a eso que Leonel tiene a su favor múltiples condiciones y cualidades que lo convierten en el prototipo de la figura que puede encabezar la unificación de los dos estados. Entre las condiciones se pueden citar como las principales:
1.- Tiene control total del gobierno y de todas las instancias de la República Dominicana, llámense congreso, justicia, prensa (con un par de excepciones), eclesiástica, empresarial, industrial, comercial y ni hablar de la política. En República Dominicana se hace lo que Leonel dispone, y sólo lo que Leonel dispone. El hombre ha puesto a caminar por donde él indica hasta a quienes se suponen sus opositores.
2.- Actualmente él es, de hecho y derecho, el gobernante de un millón y pico largo de haitianos que viven en la República Dominicana. Y cada día son más los que vienen a ponerse bajo su mando, porque en nuestro país viven mucho mejor que en Haití.
3.- Desde que gobernó el país por primera vez, Leonel dejó claro que responde -y a eso debe en gran parte su éxito- a los intereses de los insaciables organismos internacionales que controlan la economía y la política mundial. Cuando en 1998 le ordenaron entregar al sector privado las empresas que pertenecían al Estado, las entregó de inmediato. Ahora acabamos de ver cómo cumplió con la encomienda de hablar a favor del nuevo gobierno de Honduras, aunque él se había mostrado como el defensor más enconado del tumbado Manuel Zelaya.
Entre las cualidades de Leonel se pueden citar que él es un hombre ambicioso, a quien ya República Dominicana le queda pequeña, de ahí su afán por trascender en el campo internacional. No tiene miedo a acometer proyectos que lo beneficien personalmente, tiene bien desarrollado el delirio de grandeza, es práctico y oportuno oportunista, por lo que nunca va en contra de la corriente de los que ponen el dinero y mueven a su antojo las fichas del tablero político internacional.
Leonel tiene capacidad para ser el químico aglutinante de dominicanos y haitianos. Habla francés, y hasta el hecho de ser mulato le favorece para emulsionar a dos pueblos muy diferentes, que, aunque metidos en el mismo frasco territorial, se comportan como el agua y el aceite.
Como Usted puede ver, tiene su greña el pensamiento que dio origen a este escrito.
Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones.
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